ESPACIO Y TIEMPO
Espacio y tiempo, barrotes
de la jaula
en que el ánima, princesa
encantada,
está hilando, hilando cerca
de las ventanas
de los ojos (las únicas
aberturas por donde
suele asomarse, lánguida).
Espacio y tiempo, barrotes
de la jaula;
ya os romperéis, y acaso
muy pronto, porque cada
mes, hora, instante, os mellan,
¡y el pájaro de oro
acecha una rendija para tender las alas!
La princesa, ladina,
finge hilar; pero aguarda
que se rompa una reja...
En tanto, a las lejanas
estrellas dice: «Amigas
tendedme vuestra escala
de la luz sobre el abismo.»
Y las estrellas pálidas
le responden: «¡Espera,
espera, hermana,
y prevén tus esfuerzos:
ya tendemos la escala!»
Amado Nervo
Y EL BUDA DE BASALTO SONREÍA
Aquella tarde, en la alameda, loca
de amor, la dulce idolatrada mía
me ofreció la eglantina de su boca.
Y el Buda de basalto sonreía...
Otro vino después, y sus hechizos
me robó; dile cita, y en la umbría
nos trocamos epístolas y rizos.
Y el Buda de basalto sonreía...
Hoy hace un año del amor perdido.
Al sitio vuelvo y, como estoy rendido
tras largo caminar, trepo a lo alto
del zócalo en que el símbolo reposa.
Derrotado y sangriento muere el día,
y en los brazos del Buda de basalto
me sorprende la luna misteriosa.
Amado Nervo
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